He seguido vuestro consejo, mi Señora, y me he ido a ese lugar donde al mirarlo de frente contemplo un escenario de arena, luz y mar. Y he soñado. Y me he reinventado a mí misma. Por estos días os diré, dama de mis inquietudes, que voy a ser lo que quiero ser, una chiquilla jugando con la arena, bañada en luz frente al mar que más amo, con una sonrisa en mis labios y preocupada si acaso en que el agua no acabe por atraparme de tanto como la necesito.
El Unicorn está siendo reformado, he pensado añadir un camarote por si se hacen más frecuentes vuestras visitas, y mis hombres han sido vistos en una taberna felices al saberme a salvo, temían por mí.
Os dejo ya, no quiero que la marea suba sin que me dé tiempo a terminar un castillo para vos. Os dejo una imagen mía para que no me olvidéis. Un pintor de luz y mar me estudió ayer y mirad el resultado...
Rubén de Luis. Niña con un cubo en la playa