Permitidme, señora, toda vez que la batalla terminó y he conseguido arrancar de esa isla mi preciado corazón, que os conduzca en un suave viaje en el tiempo al pasado, en una vida anterior a ésta. Era por entonces una dama de la alta sociedad veneciana, que pasaba su tiempo entre los salones de los mejores palacios de mi ciudad sin otro cometido que el de respetar las reglas que me imponían. Aburrida, mi única vía de escape era aprovechar los días de carnaval y disfrazada de cualquier otra persona, inventaba personajes y me lanzaba entre canales a disfrutar de mi recién adquirida libertad. Disfrutaba mucho, os juro, y en ocasiones echo de menos el poder ser quien deseo, en lugar de quien he decidido ser.
Con ese recuerdo le grito a mi tripulación que espabile, que quiero partir cuanto antes. Disculpad mi brusquedad con ellos, mi Señora, pero si no les muestro un poco de caracter empiezan a pensar que me he vuelto débil y ya sabéis cómo sienten los hombres cuando una mujer se les impone. Me adoran, sí, pero si pudieran ya se habrían quedado con el Unicorn, es mi único tesoro y saben que lo defiendo hasta con la vida. Algún día os contaré su historia, la de mi navío, seguro que conseguiré despertar vuestra admiración por él.
Ya termino, hoy tengo ocupaciones que exigen que abandone mi pluma y me dedique a ellas por entero. Os dejo, no obstante, un adelanto del lugar al que nos dirigimos. Espero os guste el cambio. Mykonos, tras la batalla, ya no será la misma...
Joseph Mallord William Turner ( 1775- 1851) pintor romántico inglés, gran paisajista, y obsesionado por la luz.