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Preguntas en el caos...

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Re: Preguntas en el caos...

Notapor Enreda » 08 Sep 2012 21:16

Me siento en mi butaca, esa que ya tiene mis formas, mi silueta grabada a fuego por meses de compartir instantes, y cierro los ojos en gesto de ensoñación. Mi mente se va a un lugar imaginario donde habitan los porqués del mundo, esos que explican cada cuestión insondable del universo. ¿Por qué es más poderoso el orgullo que la humildad? ¿Cómo pueden ser más potentes los motores del odio, la vanidad y la envidia, que los del amor, la modestia y la generosidad? Busco respuestas, pero se escondieron detrás de la caja de Pandora, aquella que con su curiosidad nos hizo una faena a todos.

Quisiera tener unas manos fuertes y seguras para poder atrapar a aquellos males que fueron liberados y nos han atrapado a su vez a los demás, quisiera ser lo bastante valiente para vencer al miedo y ponerle unos justos límites, quisiera ser lo bastante honesta para no tener que mentir nunca más, y contagiar a mis semejanes a realizar un ejercicio similar, de tal manera que entre todos podamos cerrar la caja y empezar a respirar. Me desespero por lo inútil de mis deseos, y entonces me tumbo en la moqueta dejando que el tiempo pase y en su transcurso, encontrar la forma de salir ilesa de mi propia inquietud...

Segundos, minutos, horas quizás, y ahí está, al menos una respuesta, más bien un recuerdo válido, una forma de escapar del lado oscuro que por un instante me sumió en una bruma que casi me adormece entre sus brazos. Me levanto y vuelvo a la ensoñación, busco la caja y ahí está, intacta, la esperanza, que se quedó al fondo esperando que alguien la rescatase, la esperanza, que supera al miedo, al ogullo, a la vanidad, y que acaba con el odio siempre que se usa como arma. Me aferro a esa esperanza, la mimo, la arrullo, la hago mía, y dejo que me acompañe en la batalla. Y entonces sí, entonces siento en mi interior una fuerza que hasta entonces no existía, y uno por uno los males vuelven a su caja. Cuando despierte y me dé cuenta de que sigo en mi butaca, frente a estas líneas, es posible que alguien, en algún lugar, esté imitando a Pandora quizás porque olvidó lo que supuso en su día. Pero ya no tendré miedo, porque sé que bastará con invocar a aquella que permanecerá siempre intacta para recordarnos que por mal que vaya, siempre acabará mejorando.

Con ese pensamiento me despido de estas líneas, me deshago del abrazo de mi asiento y me marcho sonriendo y preguntándome...

Y tú, que abriste la caja un día sin saber las consecuencias que tendría en ti, o que encontraste a su única moradora y conseguiste salvarte, dime, ¿Qué te preguntas tú?
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Re: Preguntas en el caos...

Notapor Enreda » 20 Nov 2012 18:08

Todas las letras están ahí, formando palabras que no quieren ser leídas. Por eso se esconden bajo un suave manto que las protege sin dañarlas. A veces una letra, más curiosa que el resto, arrastra a otras a seguirla y se asoman por debajo de la tela. Despierta, parece que dicen. Pero es una ficción, al poco vuelven a su lugar y se confunden con las que atrás quedaron, volviendose a juntar de otras maneras, extrañas palabras que no siempre dicen algo. Introduzco mis manos, saco unas cuantas al azar, y al ordenarlas, contengo la respiración y asiento despacio. Nos engañaste, leo en ellas. Saco otro puñado sin mirar, y me quedo inmóvil, observando su furia. Lo prometiste, dicen. De nuevo voy a por más, y esta vez no dejan lugar para una mínima duda, son más contundentes. Dejaste de escribirnos, vete... Aparto los puntos suspensivos, recogo la última e con cuidado, mimando cada gesto, y me siento en mi sillón favorito rodeada de todas las demás. Vamos, les digo, escribamos algo por lo que merezca la pena guardar el manto. Y entonces me pregunto...

Y tú, que permitiste que las tuyas se borraran...qué te preguntas tú?
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Re:Los cuatro acuerdos del Dr. Miguel Ruiz

Notapor maka » 11 Ene 2013 21:18

Los cuatro acuerdos….

Entre sus páginas…

Al Círculo de Fuego;
los que ya se han ido,
los que están presentes
y los que aún tienen que llegar.



Oyes los pájaros, el viento y un pequeño río. Te diriges hacia él; en su orilla hay un anciano que medita y ves que, de su cabeza, emana una luz maravillosa de distintos colores. Intentas no molestarle, pero él percibe tu presencia y abre los ojos, que rebosan amor. Sonríe ampliamente. Le preguntas qué hace para irradiar esa maravillosa luz, y si puede enseñarte a hacerlo. Te contesta que hace muchos, muchos años, él le hizo esa misma pregunta a su maestro. El anciano empieza a explicarte su historia:

«Mi maestro se abrió el pecho, extrajo su corazón, y de él, tomó una preciosa llama. Después, abrió mi pecho, sacó mí corazón y depositó esa pequeña llama en su interior. Colocó mi corazón de nuevo en mi pecho, y tan pronto como el corazón estuvo dentro de mí, sentí un intenso amor, porque la llama que puso en él era su propio amor.

»Esta llama creció en mi corazón y se convirtió en un gran fuego que no quema, sino que purifica todo lo que toca. Este fuego tocó todas las células de mi cuerpo y ellas me entregaron su amor. Me volví uno con mi cuerpo y mi amor creció todavía más. El fuego tocó todas las emociones de mí mente, que se transformaron en un amor fuerte e intenso. Y me amé a mí mismo de una forma absoluta e incondicional.

»Pero el fuego continuó ardiendo y sentí la necesidad de compartir mi amor. Decidí poner un poco de él en cada árbol, y los árboles me amaron y me hice uno con ellos, pero mí amor no se detuvo, creció todavía más. Puse un poco de él en cada flor, en la hierba y en la Tierra, y ellas me amaron y nos hicimos uno. Y mi amor continuó creciendo más y más para amar a todos los anímales del mundo. Ellos respondieron a él, me amaron y nos hicimos uno. Pero mi amor continuó creciendo más y más.

»Puse un poco de mi amor en cada cristal, en cada piedra, en el polvo y en los metales, y me amaron y me hice uno con la Tierra. Y entonces decidí poner mi amor en el agua, en los océanos, en los ríos, en la lluvia y en la nieve, y me amaron y nos hicimos uno. Y mi amor siguió creciendo todavía más y más. Y decidí entregar mi amor al aire, al viento. Sentí una fuerte comunión con la Tierra, con el viento, con los océanos, con la naturaleza, y mi amor creció más y más.

»Volví la cabeza al Cielo, al sol y a las estrellas y puse un poco de mi amor en cada estrella, en la luna y en el sol, y me amaron. Y me hice uno con la luna, el sol y las estrellas, y mi amor continuó creciendo más y más. Y puse un poco de mi amor en cada ser humano y me volví uno con toda la humanidad. Dondequiera que voy, con quienquiera que me encuentre, me veo en sus ojos, porque soy parte de todo, porque amo».

Y entonces el anciano abre su propio pecho, extrae su corazón con la preciosa llama dentro y la coloca en tu corazón. Y ahora esa llama crece en tu interior. Ahora eres uno con el viento, con el agua, con las estrellas, con toda la naturaleza, con los animales y con todos los seres humanos. Sientes el calor y la luz que emana de la llama de tu corazón. De tu cabeza sale una preciosa luz de colores que brilla. Estás radiante con el resplandor del amor y rezas:

Gracias, Creador del Universo, por el regalo de la vida que me has dado. Gracias por proporcionarme todo lo que verdaderamente he necesitado. Gracias por la oportunidad de sentir este precioso cuerpo y esta maravillosa mente. Gracias por vivir en mi interior con todo tu amor, con tu espíritu puro e infinito, con tu luz cálida y radiante. Te amo tal como eres, y por ser tu creación, me amo a mí mismo tal como soy. Ayúdame a conservar el amor y la paz en mi corazón y a hacer de ese amor una nueva forma de vida, y haz que pueda vivir amando el resto de mi existencia.

ENSAYO, escrito por el médico mexicano, Miguel Ruiz cimentado en la sabiduría de los antiguos toltecas y transmitido de una generación a otra. Su conocimiento sale de la unidad esencial de la Verdad, camino a la felicidad y al amor.

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Re: Preguntas en el caos...

Notapor Enreda » 12 Ene 2013 12:12

Llamas, pequeños fuegos interiores que se fueron apagando y encendiendo según avanzó mi existencia. Ahora los rescoldos están a la espera de un viento que los azuce, que los haga lucir con toda su intensidad. Fuego que otrora me consumía y que hoy apenas sirve para mantener un mínimo de calor para no perecer helada. Quizás por eso apenas amo nada, y nada me ama.

Es posible que tenga que caminar por un abandonado sendero hasta encontrar un anciano solitario que comparta su llama. Es posible que en algún lugar me espere un río, me acompañe un viento y me ensordezca el sonido de los pájaros. Es posible que un maestro me guíe por ese mundo interior tan caótico e impredecible con el que fui bendecida hace ya muchas vidas, y es posible que un día, pueda empezar a repartir llamas a todos los seres y cosas del universo, más allá de mí, pero mientras tanto, me abrigo en demasía, me coloco una y otra vez bufanda y gorro, y me pregunto...

Y tú, que nunca permitiste que tu llama se apagara... ¿Qué te preguntas tú?
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desconsuelos tardíos.

Notapor maka » 14 Ene 2013 13:08

Leo atentamente tus reflexiones, tecleo suavemente en el ordenador mientras me pregunto, ¿ por qué NOS GUSTA soportar tantos desconsuelos?.

Mujer idealista, mítica, insensata, de honduras crecientes, dura, otrora generosa, cálida, sabes (como dice Kierkegaard), que la verdad no nos viene dada antes de nacer y que nunca la vamos a tener fija e inamovible.

Tus dudas son mis dudas, pero, alguna vez intenso placer circunda mi fragilidad, otras, un velo negro tapa mis pupilas y no me deja ver ni tan siquiera un resquicio de luz en el horizonte, entonces, hoy y ayer pienso, me pregunto, y no me consuelo, afirmo, ¿es que mi conciencia está en los ensueños fingiendo entrar en las sombras o en la luz inquiriendo en el fondo de mi alma? , mientras contemplo el renacer a la vida de las flores, esperando que tan siquiera una, solo una, ponga su amor en mi paradigma de vida, en la cicatriz de la hondonada que a veces me obligo a golpear salvajemente, en una verdad que podría ser distinta a algo concreto de la vida o como llevaba a Platón a elaborar la doctrina de la reminiscencia, a saber: yo no puedo buscar conocer aquello que no conozco i que aquello que ya conozco no necesito buscar conocerlo.

La existencia impone un centro, un eje alrededor del cual todo comenzará a ordenarse y a tener sentido, a ser significativo y comprender, así si se puede ordenar la verdad, a vivir, a no sufrir.

Si en esta sociedad no tuviéramos tanta prisa, quizás podríamos aprender de los mitos de Eleusis, al lado de Deméter diosa de la vida, impartiendo enseñanzas sobre la esencia de la vida humana y el sentido de la existencia y la muerte.

Cicerón atestiguó sobre el esplendor que iluminó su vida: Que no solo hemos encontrado ahí la razón para vivir más alegremente, sino también que podemos morir con mayor esperanza.

Te preguntas… ¿Qué te preguntas?


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Re: Preguntas en el caos...

Notapor Enreda » 12 Feb 2013 09:51

Después de un tiempo me siento a reflexionar sobre todas estas cuestiones y resuelvo que no nos gusta perdernos en el desconsuelo, pero estamos abocados a él desde que descubrimos gracias a Platón que vivimos encerrados en una cueva en la que vemos tan sólo las sombras de las realidades que nos rodean, buscando, incansables, todo lo que no vemos ni podemos tocar o poseer, de una manera primaria e intuitiva aún. No creo que busquemos la verdad, me suena más bien que nos pasamos la vida buscando un algo más que nos sirva de verdad, porque sabemos, lo sabemos, que todo esto no puede ser cierto.

Pienso que Platón se equivocaba al afirmar que no podemos buscar aquello que no conocemos. En algún momento, de nuestro paso de chimpancé a humano (¿Evolución o involución?) empezamos a no conformarnos y a buscar siempre un algo más, quizás se nos aclaró la vista y descubrimos la falacia de las sombras, o tal vez el destino nos tiene condenados a la insatisfacción permanente, por el sólo hecho de ser quienes somos.

Reflexionando sobre el orden y sentido, concluyo el pensamiento afirmando que el ser humano ha sacrificado demasiado por el progreso y que es un precio que mucha gente no está dispuesta a pagar aunque no lo sabe, lo que va llevando a un círculo vicioso donde prisa y sinsentido son los mecanismos que detonan la insatisfacción, provocando una reacción en cadena que nos lleva a huir, sin solución de continuidad, de todo lo que implique buscar el sentido de la existencia y la muerte. El ser humano suele ser poco dado a darse cuenta de su propia estupidez.

Sentada frente a este frío amanecer, analizo las sombras que me rodean y me pregunto...

Y tú, que en tu vida has encontrado la manera de detenerte y localizar lo que las sombras reflejan... ¿Qué te preguntas tú?
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Exigencia personal Vs…qué?

Notapor Enreda » 01 Mar 2013 10:25

Hoy me he levantado con algo que me viene rondando desde anoche, en realidad ya mucho antes, y que me provoca la suficiente ansiedad como para que me obligue a sentarme frente a esta pantalla que me espera, y trate de poner cierto orden en el caos que suele invadir mi mente cuando de angustias vitales se trata…

Una amiga me viene soltando cada poco que una, o es la mejor en lo que hace, o no debe hacerlo. Esa idea, expresada de muchas maneras, viene a concluir que si no te exiges el todo en cualquier cosa que hagas y superas a los demás, estás haciendo lo equivocado y formas parte de la mediocridad que asola el mundo. Me hablaba por ejemplo de una cantante amiga suya, en contraste con una amiga mía que lo intentó aunque se equivocara. Mi cantante no ha fracasado porque no haya estudiado diez horas al día canto como la suya, se ha convertido en menos que mediocre porque dejó de sentirlo, de creerlo. Del mismo modo, su cantante de técnica perfecta no es la mejor ni de lejos no porque no estudie esas diez horas o las que sean, que lo hace a diario, sino porque no lo siente, no lo vive, y cuando llega a mí lo hace vacío, desapasionado y rígido.

Analizando el asunto, coincido con ella en que el mundo está lleno de mediocres, talentos desaprovechados que no dan lo mejor de sí, pero sigo defendiendo la idea de que en muchas ocasiones no es tanto una derrota personal contra una misma y su grado de exigencia, sino porque vivimos en un mundo donde no se mide el talento sino la capacidad de venderlo. Lo vemos a diario en la televisión, donde se escoge a cantantes en función de lo que se pueda vender de ellos, lo mismo que futbolistas y otros ”profesionales”, en detrimento de aquellos que, con bastante más talento, escogen no venderse. Siguiendo el ejemplo del cante, tenemos a cuatro glorias nacionales con distinto destino. A la derecha del Padre, yo pondría a Aute, Sabina y Serrat. Ninguno tiene la mejor garganta, ninguno ha estado estudiando solfeo cincuenta años, ninguno ganaría un OT, y sin embargo, estos geniales poetas actuales son reconocidos como grandes por su… ¿Talento? no, no es talento musical lo que tienen, es pasión, creerse lo que hacen, vivirlo, transmitirlo, y conseguir que te lo creas a su vez. A la diestra del Padre, y en el lado oscuro, tenemos a Bisbal, y a Alejandro Sanz. Los dos llenan grandes espacios, venden discos como churros, y si el primero ya nació vendido cuando le llamaban “producto” a la cara y seguía con esa sonrisa estúpida sin inmutarse, el segundo se vendió por un plato de lentejas, abandonando su talento en pro de una vida regalada en Miami. Sin embargo, ninguno de ellos es el mejor cantante, los primeros porque sus exigencias personales no les obligaban a serlo y preferían vivir como creían, y los segundos, porque aprendieron pronto que no se trata de ser el mejor en lo suyo, sino el que más se vende, y en eso sí, mira, le daría la razón a mi amiga, se exigen a diario exactamente eso y lo hacen de fábula.

Trasladando el asunto a mi vida, he estado venga a darle vueltas a la idea de dónde estoy yo en todo esto, y me doy cuenta de que no quiero ser la mejor escritora, tan sólo quiero ser una escritora auténtica, que cree en lo que hace y lo vive, lo siente, y lo hace llegar tratando de compartirlo. Tampoco quiero ser la mejor locutora, tan sólo una que se siente frente al micrófono y vibre con cada canción que lance, con cada palabra que diga. Y ambas cosas las hago con el convencimiento de que es lo que quiero. Desde luego no pretendo vender nada, no sé y no quiero aprender, me basta con sentirlo y vivirlo, y saber que alguien al otro lado lo siente y vive como yo lo expreso, ese es mi gran triunfo. ¿Mejorar? Claro, cómo no, pero porque eso me irá acercando más al escrito perfecto, al programa perfecto, no el mejor en términos absolutos, pero sí el mejor en los relativos, los que me afectan a mí al fin y al cabo.

Resulta gratificante recoger a la angustia y la sensación de fracaso y devolverlas a su sitio, la nada, sabiendo que sólo serán recogidas en caso de que sean llamadas de nuevo, si algún día, Dios no lo quiera, acabo flaqueando y me vendo por un pedazo de pan o un carricoche.

Sonriendo ante la seguridad de que tendrían que hacerme una lobotomía para que me convirtiera en eso, recojo la pluma, el tintero y el papel secante, y me dispongo a pasar una mañana de fábula ideando cómo empezar a hacer lo que realmente quiero, en lugar de aquello que me hicieron hacer y me dejé. Felices los felices, dijo Borges, y yo me apunto y me pregunto…

Y tú, que eres la mejor en lo que nunca pensaste y dejaste de creer en lo que te hacía emocionar, que abandonaste tu vida por una impostada, o que vives en la seguridad de que nada malo puede pasarte porque estás acomodada… ¿Qué te preguntas tú?
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Re: Dice usted o digo...

Notapor maka » 26 May 2013 18:49

Dice…
¿Qué me pregunto?... Claro que me pregunto, si la vida juega con nosotros, si es una burbuja gigante que nos ahoga.
La vida, la única razón de ser,
¿don de sabios o una actitud?,
¿es mejor, soñar o imaginar?, continuamente,
¿qué he venido a hacer aquí en esta encarnación?.
¿qué es esa cosa extraña?
y vos… ¿se ha preguntado, si hubiese sido mejor ser otra persona?. Yo, si,
Las pantallas están en blanco y no reflejan nada.
¿vinimos a aprender, a evolucionar?
¿o es un espacio entre vidas?.
o es, ¿ecología de la mente?, ¿ecología de las acciones?
Fuera de mi larga trayectoria, con muchos caminos andados y transitados, he recogido experiencias, analizado y amalgamado información en un constante intento de…
Lo que me enseña a vivir, pero en otra realidad.
¿Función de la verdad?. Paradigma de ambivalencia
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Re: Preguntas en el caos...

Notapor Enreda » 27 Jun 2013 17:22

Fantasía.

(Del lat. phantasĭa, y este del gr. φαντασία).

1. f. Facultad que tiene el ánimo de reproducir por medio de imágenes las cosas pasadas o lejanas, de representar las ideales en forma sensible o de idealizar las reales.


De las tres posibilidades, la que más me ha atraído siempre es la última, la facultad que tiene nuestro ánimo de idealizar las cosas reales. Cosas, en este supuesto, que me hacen pensar en personas y situaciones, presentes y pasadas. Tenemos la tendencia a extraer conclusiones precipitadas de las personas que conocemos...o que conocimos en el pasado. Y tendemos a idealizar las situaciones que creemos viviríamos junto a esa persona. El ser humano es así. Y no me disgusta, como medio de disfrutar imaginando. Imaginemos pues. Imaginemos que nos encontramos con alguien que en su día conocimos. Pudo ser en el colegio, la facultad, el trabajo o en nuestro edificio. Observábamos a esa persona, nos atraía, y quizás llegamos a tener cierta relación. Imaginemos que volvíamos a casa, y en la quietud de la noche pensábamos en esa persona, y soñábamos con estar a su lado. Imaginemos que recreábamos sus miradas, sus sonrisas, su peculiar forma de moverse. Sus gestos. Todo ello reproducido en nuestra mente. Imaginemos que llegamos a pensar en tener algo...más...llegar a salir con esa persona. Imaginemos...

Los caminos se descruzan, los recuerdos se difuminan y por qué no, se bloquean. Y un buen día, pasado el tiempo, volvemos a encontrarnos. Y todo se revuelve por dentro. Y empiezan los recuerdos a absorbernos, a contagiarnos la ilusión y las ganas. Y descubrimos que es mutuo, que ya en su día fantasearon igual que nosotros lo hicimos. La fantasía se torna real y ahí estamos, siendo destinatarios de esos gestos, movimientos, sonrisas y miradas. Y todo ello nos hace sentir intensamente cada instante. Imaginemos...

Entonces me pregunto qué sucede cuando la realidad irrumpe, qué mecanismos se ponen en marcha en nuestro interior para disociar tanto la realidad de lo idealizado, la persona que tenemos delante con la que creíamos que sería, la situación perfecta imaginada mil veces, tornada en pesadilla en nombre de lo real. Cierro los ojos y recuerdo ideales, y los comparo con realidades, y me cuesta entender cuán distintos son. Y vuelvo al inicio, cuando el corazón se disparaba por un pensamiento, por una mirada, por una sonrisa, un movimiento o un gesto, y los busco en la pesadilla y no encuentro nada, y una y otra vez me pregunto...

¿Y tú, que idealizaste una vida, un instante, un latido de tu corazón, que viviste una realidad basada en recuerdos imaginados, que soñaste con rozar lo real con la punta de tus dedos, y quizás pudiste hasta conseguirlo durante un segundo...qué te preguntas tú?
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El pasado en el presente

Notapor maka » 30 Jun 2013 20:35

Me pregunto donde queda la vida que idealicé y que absorbió tantos instantes soñados. Si, como apuntas, es fácil para algunos volverse atrás cuando son sueños del pasado dejados en una maleta llena de recuerdos envueltos en frágil papel, preparada para hacer el viaje hacia la estrella que crees más cercana, enredarte en ella y que te consienta oír los latidos de sus haces de luz, visualizar unicornios alados de color azul volando a su alrededor, galopando y atravesando el muro de los pensamientos entre débiles sollozos de aliento.

La extraño, pero, hoy me ha dado la vida al poder volver a mí promesas casi olvidadas, hoy envolveré esa ilusión entre los pliegues de mi piel hasta que despierte de la quimera y comprenda, en consecuencia, el desengaño de esa visión, de ese vuelo en espiral que realmente no aboca a la realidad porque es solamente un alejamiento del origen que alimenta el impulso de recuperar lo perdido.

Disociar la realidad de lo idealizado, (como dices), para mí, es el resultado del paradigma de la ambivalencia, cordura hecha de antagonismos, aunque, no obstante vendrá un acting out frente a un entorno percibido insuficientemente real. Darle la espalda a esos sentimientos, a esos sueños idealizados, a ese roce continuo de los dedos, no y no, no voy a es enterrar lo perdido, no va a suceder, por mi parte seguiré escribiendo, cantando, pensando, soñando, hasta que conozca la respuesta.

La ironía de la vida siempre reserva ciertas sorpresas sin principio ni fin, vendrán otra vez sueños tranquilos, pensamientos lógicos y el aislamiento del verbo que anestesia el corazón.

¿Te preguntas sobre el pasado?

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