Buenas noches, mi Señora.
Perdonad el retraso en la contestación, he andado de pelea con el fantasma de la desilusión y el de la incomprensión y ha sido ardua batalla. Pero por fin he conseguido derrotarlos con la fuerza de mi razón y os diré que el resultado podréis apreciarlo en el cuadro que luego os regalaré.
Ya repuesta y con el ánimo firme, os diré, mi Señora, que demasiados galanes se me acercaron con distintas intenciones, pero fueron aún menos que damas, y el resultado fue una lucha titánica entre la Virtud y Vicio. No negaré que en las primeras vidas que viví la Virtud fue mi compañera, y que también hubo un tiempo que el Vicio me tentó lo suficiente como para sentarme en sus rodillas y lanzarle requiebros al viento. El camino es largo y son muchas las distracciones...
Os diré, además, que la elección entre el camino de la Virtud y el Vicio será uno de los temas más representados por los artistas hasta el siglo XX -Romero de Torres, por ejemplo-. Veronés, uno de mis favoritos, emplea a dos figuras femeninas muy explícitas; a la izquierda, una típica cortesana veneciana, con ricos ropajes y amplio escote, sentada junto al lecho decorado con un bello cortinaje de brocados, sería la clara representación del Vicio. En la derecha, cubierta con gruesos paños que impiden ver sus tobillos, símbolo de decencia en el Renacimiento, se encuentra la representación de la Virtud. Viste de rojo, a la moda veneciana que tanto gustaba representar al maestro en sus lienzos. Su elección es acertada ya que sigue a la Virtud, quien mira al Vicio con gesto de victoria. Al fondo observamos unas construcciones clásicas, otra de las aficiones del pintor y de mí misma. Su maestría a la hora de iluminar lo que le interesa hace de su obra una de las más atractivas del Cinquecento.
Como véis, ya no hay más batalla que librar al respecto. Gana la Virtud, y doña Vicio se queda sin su trofeo. Esa es mi verdad. Ahora...podeis pensar lo que deseéis, mi Señora, pero no encontraréis lienzo que contradiga al que os muestro...
Veronés- Jóven entre la Virtud y el Vicio